Este sábado 05 de enero será una fecha crucial para Venezuela. Se elegirá al Presidente de la Asamblea Nacional, quien, muy probablemente, será juramentado como Presidente de la República el próximo 10 de enero. Es casi seguro que sea Diosdado Cabello quien repita en ese cargo.
Aunque hasta ahora muchos pensaron que había una fuerte división entre Maduro y Cabello y que la muerte (o inhabilitación definitiva) del líder desataría los demonios, las ansias de poder de Cabello son muy superiores a las ansias de ser Presidente. Sin duda alguna, el anuncio de sucesión por parte de Chávez el pasado 08 de diciembre desactivó cualquier pretensión de Diosdado Cabello, por ahora. Además, durante la presidencia de Chávez, Cabello acumuló mucho poder: político, económico y militar. Controla gran parte de eso que se llama la coalición ganadora.
Maduro ha sido el elegido y no necesariamente el elegido de Chávez. En nuestra opinión, el Presidente fue obligado a viajar a Caracas por un día para anunciar a Maduro. Nunca ha sido de la naturaleza de Chávez tener un segundo a bordo y, mucho menos, el chavismo se lo llegó a plantear en esos términos.
La predicción entonces es que Cabello será ratificado como Presidente de la AN y dentro de muy poco tiempo como Presidente de la República mientras se convoca a elecciones. El asunto sigue siendo si las elecciones serían convocadas para el 10F o para otra fecha y eso dependerá de la declaración de falta absoluta o temporal. La falta absoluta se daría por muerte o por inhabilitación de una Junta Médica y nadie puede negar que sería una jugada maestra del oficialismo que la AN y el TSJ le anuncien al mundo el mismo 10E que Chávez no podrá asumir. En esta jugada que hemos llamado el fast-break o quiebre rápido, no habría mucho tiempo para que la oposición se organice en torno a la campaña. De hecho, sería descortés que la oposición anuncie candidatura y campaña antes que se anuncie la ausencia absoluta y las elecciones. Con esto, el oficialismo chantajea a la oposición.
Otro escenario, es que el TSJ juramente de manera privada a Chávez en Cuba y se ratifique a Maduro como Vice-Presidente. Esto sería algo nada ortodoxo, pero le daría a Maduro la ventaja de ser el Presidente-Candidato.
La probabilidad de que Chávez se juramente y pueda ejercer han quedado reducida prácticamente a cero, pero el “secretismo” en torno a su salud impide dejar de considerar su recuperación como un escenario.
Así las cosas, el tablero político es muy dinámico. Ni el chavismo ni la oposición parecen estar cómodos bajo la coyuntura actual.
En este contexto, la ausencia de dólares sigue pasando factura al sector privado. El gobierno, sigue teniendo recursos para realizar mínimas transacciones y eso es lo que le importa porque el tren ministerial no parece estar en capacidad, ni en el momento adecuado para tomar una decisión cambiaria. No se descarta, pero luce improbable antes que se despeje el escenario político.
En última instancia, la decisión cambiaria reactivaría a la empresa privada, algo que no necesariamente es conveniente para el oficialismo en estos momentos. “La burguesía quiere dólares, nosotros le daremos dolores”, Maduro dixit.
Para profundizar en este análisis de nuestro Fellow Gustavo Rojas Matute compartimos este trabajo de su firma POLINOMICS [CLICK EN ESTE ENLACE]
Un excelente analisis jurídico - constitucional del Profesor José Ignacio Hernández de la UCV, que da soporte a estas reflexiones se puede leer en PRODAVINCI [CLICK EN ESTE ENLACE]
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